Los caracoles son un alimento rico en magnesio, ya que 100 g de este alimento contiene 250 mg de magnesio. Su alto contenido en hierro (35 mg por cada 100 g), hace que los caracoles ayuden a combatir la anemia ferropénica, y que sea un alimento altamente recomendado para deportistas y personas que practican deporte de manera intensa, ya que estas personas sufren un consumo muy elevado de este mineral.
Los caracoles aportan prácticamente la totalidad de los aminoácidos necesarios para nuestra alimentación.
El caracol ofrece unas propiedades nutritivas atípicas y muy beneficiosas. Es una carne muy pobre en grasas, si la comparamos con la de ternera o de pollo, además la de caracol aporta muy pocas calorías (de 60 a 90 por cada 100 g). Y es importante añadir, que es rica en proteínas de alto valor energético (entre 12% y 17%) y que aporta sustancias minerales (aprox. 1,5%).
Estas características convierten a la carne de caracol en un buen alimento, por su textura, y fácil digestión.